Martes...

Hoy 

Me gustan los martes.

No tienen promesas de viernes por la tarde, ni recuerdos de sábado por la noche. No tienen risas grabadas al final de los chistes gastados y tampoco han descubierto como hacerse odiar.

Los martes ya no se lamentan por lo que dejo sin hacerse el fin de semana, ni se piensa aun en los planes de los próximos días. Se puede sentir que momentos ideales son lo que va a sobrar, que ayer fue demasiado pronto y mañana estaremos al borde de que se acabe todo otra vez.

Pero que de eso no hay que preocuparse todavía, porque todavía es hoy.

Para eso nos queda el martes, ese día en que podemos ladear la cabeza como método tradicional para entenderle al mundo, esas horas en que es posible darnos el lujo de parar por un instante y reeducarnos en materia de contemplación de las pequeñas cosas. Y también de las acostumbradas y evidentes, también de las manos que se mueven ansiosas cuando creen que nadie las ve.

Tus manos, por ejemplo, son inquietas todos los días de la semana, pero te delatan mas los días como hoy.

Tal vez es por eso que me gustan tanto los martes: porque no disimulas; extiendes tus manos, me buscas la piel, me arrastras junto a vos. Me aprietas sin afán de hacerme daño, me tiemblas contenta cerquita del pecho y me haces sonreír como si en martes la vida apenas fuera a comenzar.

Por eso, mi día favorito son los martes.  

-Nathy-