domingo, 18 de octubre de 2015

TAN FÁCIL COMO ESO


Siempre recuerdo con mucha emoción mi infancia. No voy a hacerme la grande, mi infancia, mi "niñez" (utilizo comillas porque, justamente un día como hoy no sé hasta qué punto alguien se debe considerar niño) supongo que terminó hace unos años, menos de diez y más de tres, sin embargo no sé bien dónde está el límite. Tampoco importa.

Cuando recuerdo desde mi uso de razón hasta mis doce o trece años, no puedo evitar sentir nostalgia. Me resulta imposible no desear nuevamente estar pasando por eso, tener problemas básicos, no preocuparme por la opinión de los otros, creer que mis papás tienen la verdad absoluta y que ni se me cruzara por la cabeza hacerles algún tipo de planteo.

Además, extraño sentirme totalmente pura. A veces siento que es cada vez más evidente que abandoné mi inocencia, mi sencillez, y que de a poco estoy siendo eso que desde siempre me prometí no ser. Que "estoy perdiendo mi chiquitita", como una canción de Chiquititas me pedía a gritos que no hiciera nunca. Sin embargo, no tengo dudas de que no la perdí del todo. De a ratos, tengo picos infantiles. Momentos en los que me mando la pendejada más grande y me siento en mi verdadero yo. En algún lugar de mí, mi chiquitita sigue intacta.

Por eso no me siento desubicada por juntarme a almorzar con una parte de mi familia, y después a cenar, a causa del día del niño. Soy una niña, en alguna parte de mí. Sólo que tengo un poco de miedo, miedo de que las cosas se sigan dando como hasta ahora y perder eso que todavía me queda.

Ese miedo, ese maldito miedo, por ejemplo, es ya de por sí una característica evidente de que no soy lo que era. Un nene tiene miedo al monstruo del armario o de abajo de la cama, a los truenos, al cuco. Natalia adolescente, miedo al futuro y al qué dirán. Estoy dejandome en evidencia.

Por todo ésto, es la nostalgia. Extraño no ser rebuscada, extraño preocuparme sólo por un ahora y un ya, extraño ver la vida de una manera simple. Eso es la niñez. Puedo buscar en mil diccionarios, llenarme de definiciones, hablar con Freud y que me hable de las etapas y del desarrollo psicológico, pero para mí, la definición de niñez es tan fácil como esa: el valioso, único, pasajero y bendito momento en el que la vida es simple, y la felicidad, totalmente accesible.

Si encontrás tu chiquitita no la dejes ir, es tu mejor partecita para comprender cómo hay que vivir. Entonces, a vivir como si solo hubiera un hoy. Feliz día a los que como yo, todavía guardan algo.

Nati

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

60% de engancharme

El amor es bello. Aparece como algo que no sabíamos que lo necesitábamos, aparece para hacernos ver que es nuestro todo, para ha...