martes, 21 de julio de 2015

Te vi


La muchacha recorrió todos los lugares en los que había deshojado flores y levantó cada pétalo, uno por uno, mientras cantaba Fito Páez. Una vez con todos guardados en el morral, se sentó en un banco de Parque Centenario y empezó a armar flores nuevas. Mezcló pétalos, intercaló colores, texturas y tamaños;  mientras tanto, aprendió a reemplazar el "me quiere, no me quiere" por un firme "me quiero".

Nati

miércoles, 15 de julio de 2015

EL ETERNO BUSCADOR


A los atletas les gusta correr. Por eso es que juegan carreras. Entonces cuando alguien dice “listos, preparados, ya” empiezan a avanzar, a moverse, a mover las piernas con todas sus fuerzas, con mucha energía, con cierto disfrute, pero a la vez, con ambición de llegar. Y en un momento llegan. Se alegran, y, aunque quizás un poco cansados, gozan de la victoria. Por un rato, por unos minutos, quizás unas horas, o si era un campeonato muy importante, probablemente algunos días. Pero enseguida van a buscar una nueva carrera para emprender, por ahí más larga, o sobre otro tipo de suelo, o con rivales más veloces.

Yo busco como un atleta. Corro por la pista enceguecida por mi objetivo, por eso que tanto deseo, por lo que brilla allá a lo lejos y a veces parece alejarse a cada paso que doy. A veces llego. Y cuando llego, ya no lo quiero. Otro camino se abre ante mis ojos, otra carrera, otro suelo. Entonces de vuelta, me muevo, avanzo, voy a toda velocidad para llegar a lo que me está tentando a lo lejos. Sin embargo cuando llego, parece no ser eso lo que me iba a llenar de felicidad.

Entre corrida y corrida entendí que lo que a mí me gusta es correr. No, no como Usain Bolt. A mí me gusta perseguir proyectos, sueños, ideas, deseos. Pero no llegar. Al final, en mi esquema de carrera, Usain Bolt pierde. En la mía gana el caracol que, encima, en el medio, por torpe, se desvió.

Nati

sábado, 11 de julio de 2015

EL EFÍMERO MUNDO DE LA UTOPÍA DE SOÑAR


En el campo de lo que a mí me gusta llamar vida real, no todo es posible. Si bien de chica la idea siempre me simpatizó y hasta llegué a creerla, un buen día (que aunque no recuerde, supongo que debe haber sido difícil y doloroso) entendí que hay proyectos que nunca vamos a poder concretar, cosas que no vamos a poder hacer, ideas que van a morir en el mismo lugar donde nacieron: nuestra cabeza.

Sin embargo, hace un tiempo descubrí un lugar en donde se consigue todo lo que se quiere. Cualquier idea loca que se haya producido en nuestra mente puede llegar a concretarse de un momento a otro. Puedo volar sin estar encima de un avión, aparecer en el país de las hadas sin haber consumido ninguna sustancia rara, volver a ver a mi abuelo sin necesidad de tomarme un bondi hasta el cielo.

El utópico mundo de los sueños es mi medio de transporte a todo lo que en vida real no puedo concretar. Muchos pueden considerar el hecho de soñar una actitud mediocre. Una herramienta que utilizan quienes no pueden lograr cosas en su vida. Sin embargo, yo creo que es mediocre no animarse a soñar. Privarse de semejante lujo por temor a imaginar cosas que luego se convertirán en una desilusión al no ser concretadas.

Hoy opto por soñar. Ser feliz en esos ratos de vuelo efímero, ya sea en el bondi o en plena clase de geografía. Los sueños son mi motor para después implementarlos en la vida real, exacto.

Nati

martes, 7 de julio de 2015

Perdón Cris


5 cosas en las que Cris Morena me mintió

Querida Cris: me hiciste muy feliz en su momento, pero hoy puedo decir que me cagaste un poquito la vida. Paso a enumerar y detallar las postas trilladas que me hiciste morfar:

1) Ser pobre está buenísimo. Yo te juro que la paso re mal cuando tengo que volverme en colectivo después de bailar porque me gasté todo en la barra o porque, obvio, el RRPP que me dijo que me iba a hacer pasar gratis me tiene en la puerta hasta las 3:01 para decirme “era hasta las 3”.  Y tampoco te digo que ve pasándola bien a los que duermen en la calle. Y NO! Los orfanatos no tienen toboganes. Sí, a mí también me re costó superarlo. No, tampoco hay ventanas de los sueños ni los cuartos son re de revista. Y Benjamín Rojas no duerme en el cuarto de al lado.

2) Si querés, podés. Ay, Cris, ¿me creés si te digo que me muero de ganas de pesar 5 kilos menos? Lo quiero de verdad. Lo amo, más que a mi mamá y mi papá juntos. Así, con fuerza, como vos decís, con todo el corazón y mucha luz… Lo único que puedo, es comer. Y también lo quiero, obvio, tampoco me voy a hacer la Cielo Latini.

3) Los malos se hacen buenos. Me limito a la historia: Hitler se murió siendo un hijo de puta. Y si me decís que la que está ahora con mi ex, en realidad es buena, me desarmás lo único que me llena en este momento además de la comida: odiarla mucho. Y si no la odio, me aburro. Y si me aburro, como. Y seguimos desvalidando el punto 2, aunque basta con ponerme la malla.

4) El amor siempre triunfa. Primero te quiero decir que los pibes no quieren amor, y que no son tampoco como Peter Lanzani en Aliados que le ponés a una colorada cuatro de copas y se transforma. Para transformarlo tenés que ponerle a una Pampita en su mejor momento y hacen el esfuerzo para enamorarse porque está bárbara. Segundo: te banco un poco porque mi amor por las papas fritas siempre triunfa, se concreta. No, en serio. Empecemos porque el amor no siempre es mutuo, y yo me muero de amor por el forro ese, él por otra, esa otra por otro y ese último por mí. Bueno, justo esa parte no (obvio, esas historias siempre le pasan a otros). Pero lo de que siempre todos terminan coincidiendo es mentira, y si pasa es una noche en pedo en un boliche, y al otro día uno de los dos se quiere morir. Nada de eso, Cris, no mientas más, por favor que me la creo y termino chapándome chocolates solo para darte la razón.

5) Los tropezones dan pie al amor. Por favor, no me digas eso, porque con lo torpe que soy debería tener más novios que Georgina de Chiquititas y no estaría pasando. Si me caigo: quedo como una pelotuda, nadie me levanta ni a mí ni a lo que tiré al piso, y me voy a reir porque soy simpática y divina y no me lo tomo a mal… No, me voy a reir porque pienso que así quedo menos mal; o me voy a levantar rápido para evitar que me vean, y me van a ver y voy a quedar peor. Y sí, Cris, puede empezar el amor cogiendo a la primera. Modernizate, plis.

Te quiero, Nati.

60% de engancharme

El amor es bello. Aparece como algo que no sabíamos que lo necesitábamos, aparece para hacernos ver que es nuestro todo, para ha...