miércoles, 15 de julio de 2015

EL ETERNO BUSCADOR


A los atletas les gusta correr. Por eso es que juegan carreras. Entonces cuando alguien dice “listos, preparados, ya” empiezan a avanzar, a moverse, a mover las piernas con todas sus fuerzas, con mucha energía, con cierto disfrute, pero a la vez, con ambición de llegar. Y en un momento llegan. Se alegran, y, aunque quizás un poco cansados, gozan de la victoria. Por un rato, por unos minutos, quizás unas horas, o si era un campeonato muy importante, probablemente algunos días. Pero enseguida van a buscar una nueva carrera para emprender, por ahí más larga, o sobre otro tipo de suelo, o con rivales más veloces.

Yo busco como un atleta. Corro por la pista enceguecida por mi objetivo, por eso que tanto deseo, por lo que brilla allá a lo lejos y a veces parece alejarse a cada paso que doy. A veces llego. Y cuando llego, ya no lo quiero. Otro camino se abre ante mis ojos, otra carrera, otro suelo. Entonces de vuelta, me muevo, avanzo, voy a toda velocidad para llegar a lo que me está tentando a lo lejos. Sin embargo cuando llego, parece no ser eso lo que me iba a llenar de felicidad.

Entre corrida y corrida entendí que lo que a mí me gusta es correr. No, no como Usain Bolt. A mí me gusta perseguir proyectos, sueños, ideas, deseos. Pero no llegar. Al final, en mi esquema de carrera, Usain Bolt pierde. En la mía gana el caracol que, encima, en el medio, por torpe, se desvió.

Nati

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

60% de engancharme

El amor es bello. Aparece como algo que no sabíamos que lo necesitábamos, aparece para hacernos ver que es nuestro todo, para ha...